Nuestros líderes nos han fallado. Nuestros líderes nos siguen fallando. Nosotros, en tanto líderes, estamos fallando. Es propio del sentido común dar por hecho que ser líder es cuestión de naturaleza. Todos somos líderes, malos, regulares, buenos o excelentes. Si podemos ser excelentes, ¿por qué nos conformarnos con ser como somos? En esta obra descubrirás los más intrincados vericuetos que nos conducen a equivocarnos en nuestro ejercicio del liderazgo. Casos que ilustran errores a nivel personal, familiar y en organizaciones deportivas y empresariales o en instituciones públicas como integrantes del Congreso, de la Suprema Corte o de los tres niveles de gobierno.