El mundo de los negocios y de las empresas está cada vez más regulado por un conjunto de normas legales nacionales e internacionales que no para de crecer y de actualizarse. La necesidad de controlar el cumplimiento de toda esa normativa y evitar las malas praxis que llevan a la imposición de sanciones, conduce definitivamente a las empresas a prevenir los riesgos legales que conlleva su actividad, cuidando así no solo de la buena marcha y éxito de sus actividades de negocio, sino también de su reputación que tan importante es salvaguardar para no perder clientes. De ahí la necesidad de implementar en las empresas un competente departamento de compliance.