Además, aunque algunos alimentos se cocinen igual que el resto del año, como cereales, legumbres, proteínas…, sí podemos consumirlos fríos a temperatura ambiente; apetece mucho preparar platos fríos y aumentar un poco la cantidad de verduras semicrudas, aunque sin exagerar, combinándolas siempre con verduras de raíz, hoja, flor o fruto para respetar el equilibrio