Eso sí, el libro La raza cósmica, nada menos que de José Vasconcelos, publicado algunos años después, afirmaba que “reconocemos que no es justo que pueblos como el chino, que bajo el santo consejo de la moral confuciana se multiplican como ratones, vengan a degradar la condición humana, justamente en instantes en que comenzamos a comprender que la inteligencia sirve para refrenar y regular los bajos instintos zoológicos”.