Por otro lado, la mano, el corazón y la mente —tanto individual como colectiva— pueden comenzar a construir lo nuevo mediante habilidades blandas como escuchar de manera abierta, crear tiempo, ayudar, ser sincero y crear momentos de oportunidad. Y puede ocurrir que a nivel colectivo sean mejores que tú. Permitir que las personas saquen sus propias conclusiones de lo que es necesario hacer y que acojan con entusiasmo lo que crean es otra forma de liderazgo inteligente.