Hay en esta novela de Isaac Rosa (Sevilla, 1974) una virtud que se repite en los comentarios que sobre su obra se vierten en muchos medios tanto nacionales como extranjeros: precisión. En “La mano invisible” (Seix Barral, 2011) Isaac Rosa afronta el tema del trabajo con una precisión emocional que convertirá esta novela en libro de cabecera para los interesados en las Ciencias Laborales. Y que esto no eche para atrás a ningún lector: es una virtud, no un defecto. Ha conseguido en esta novela poner una voz clara a los grandes conflictos del ser humano en relación con su puesto de trabajo.Esta novela muestra el revés del trabajo, los sentimientos, las emociones y frustraciones de los que trabajan, de la gente que de verdad echa adelante esta sociedad. Podemos asomarnos a lo que hay detrás de los rostros cotidianos que nos encontramos en el autobús o en el metro. Dijimos al principio que Isaac Rosa es preciso y sobre todo lo es en las emociones, sabe dosificar y no diluir lo emotivo, lo que de verdad mueve a estos personajes. Es aleccionadora su capacidad de mimar a los protagonistas, hacerles vivir lo que sienten y no solo expresarlo. Tiene la tensión de la vida cotidiana y en ningún caso, y son muchos personajes, parecen falsos e impostados.Una trama que transcurre en escenarios cerrados, con algunas salidas para respirar, pero siempre dentro de una nave que subraya lo asfixiante de muchas experiencias laborales, que invita a pensar en el subsuelo de Dostoievski o en lo “profundis” de Wilde. Atmósfera que subyuga, que fortalece la acción y de deposita imágenes literarias que se quedan en la retina por mucho tiempo. Un gran descubrimiento Isaac Rosa y una novela que les modificará vuestra visión de la vida laboral y sus protagonistas. Ya no mirarán a las costureras o a los mecánicos de la misma manera, se pensarán más como pedirle las cosas a un camarero pero sobre todo comprenderán mejor los sentimientos que se esconden detrás de esos rostros y seguramente de los nuestros. Pedro Crenes