En medio de las Postales Bíblicas, representación teatral que los vecinos de Altos del Algarrobo realizan en Semana Santa, Judas es asesinado de un certero puntazo en el corazón. ¿Sospechosos? La Virgen María, en la vida real esposa de la víctima; San José, el carpintero que tenía entre sus herramientas el punzón homicida; el propio Cristo, un delirante porteño que cumple ese rol desde hace veinte años y, en realidad, entre actores y público, no menos de cuatrocientas cincuenta personas. Es, sin duda, el caso más difícil de dilucidar en la vida profesional del juez Belisario Guzmán, quien se ve secundado en esta empresa por el loco accionar de Cacho Funes, su secretario borrachín, y de Lucas Milosz, un amigo escritor de historias policiales, que pese a haber urdido en el papel horribles y complicadísimos crímenes en serie, jamás estuvo cerca de un homicidio verdadero. Novela de ritmo trepidante, este policial paródico y de ambientación rural, mantiene el interés y la carcajada del lector desde el principio hasta el fin.