Remedios lleva toda su vida viviendo en el barrio de El Raval, en Barcelona, pero desde hace unos años todo ha cambiado tanto que le cuesta reconocerlo como propio. Tras la muerte de su compañero, vive a duras penas en su minúsculo piso, sin más compañía que su gato. Un día, sin embargo, se acerca a la parroquia y descubre una comunidad que ayuda a las personas mayores del barrio. Enseguida la acogerán en su grupo y, poco a poco, se convertirán en la familia que la acompañará en el final de su vida.