Martín de Viloalle, asume durante toda su vida la única decisión en su vida que toma libremente, acompañar a los jesuitas expulsados de España en 1767, por orden del rey Carlos III. Este joven procedente de la aristocracia acompañará a los jesuitas por Roma, los estados alemanes, Dinamarca y la París revolucionaria, al tiempo que será miembro de una sociedad marginal, filosófica, artística y estafadora decidida a ir de corte en corte para entretener el gusto, el sexo, el intelecto y el aburrimiento de la clase aristocrática.