Hace siglos que el jengibre se usa para tratar el dolor de cabeza, y un equipo médico pidió a una de sus pacientes con migraña que lo probara. A la primera señal de que se acercaba una migraña, la paciente mezclaba un cuarto de cucharadita de jengibre en polvo con un poco de agua y se lo bebía. Al cabo de unos 30 minutos, la migraña había desaparecido. Le funcionó en todas las ocasiones y sin efectos secundarios aparentes