Dice Marlene Dietrich que ''un rey, dándose cuenta de su incompetencia, puede delegar o abdicar a sus deberes, pero un padre no puede hacer ninguna de las dos cosas.'' Y el padre de esta historia, que al parecer escogió tener hijos mas como un crédito a su favor que como un medio de propagar amor y crecer como ser humano, que son las dos grandes cosas que la paternidad puede dar, aparte de la mera reproducción biológica e instintiva, elige precisamente delegar, primero, y abdicar finalmente, a su más elemental deber, con las correspondientes consecuencias en el corazón, el carácter y el destino del hijo. Ricardo Stern