“Las cosas de este mundo se hallan en tal constante fluir que nada permanece en el mismo estado durante mucho tiempo”. Esta sentencia del filósofo político John Locke (1632–1704) parece hoy más actual que nunca. El fenómeno designado vagamente como globalización ha supuesto la intensificación y la aceleración de las relaciones transfronterizas en la política, la economía y la cultura, entre otros ámbitos. Un fenómeno que no es nuevo, ya que la humanidad ha conocido previamente impulsos globalizadores como los que tuvieron lugar durante el Renacimiento y a finales del siglo XIX. Sin embargo, en su versión actual el proceso ya no involucra únicamente a los Estados, sino también a los individuos, a las instituciones y a las organizaciones.
Michael Reder, a través de ejemplos concretos y de los modelos interpretativos ofrecidos por distintos pensadores desde Kant hasta Habermas, se pregunta en esta obra qué puede aportar la filosofía práctica a la reflexión sobre la política, la economía o la cultura en el actual contexto de globalización y, al mismo tiempo, analiza qué función política puede desempeñar hoy la filosofía mediante la apertura de nuevas perspectivas fundamentales sobre la realidad. En ambos planos ha de esclarecerse hasta qué punto el fenómeno de la globalización puede describirse y entenderse como una forma moderna de la cosmópolis.