Contra el tiempo, los textos pueden conservar de lo edificado, aquello que los inspirara en su momento. En los edificios, los espacios públicos, los monumentos y en el dédalo de las calles que los contiene, son muchos los hechos urbanos que permanecen vivos y cuyo contenido aún ejerce una influencia sobre nuestras vidas.
Otros, a los que por destrucción o por olvido hemos perdido, tienen a través de estas crónicas la oportunidad de hablar y actuar, como eco de la gente que habitó en ellos y con ellos dejó su huella en San José. Estas crónicas, por eso, recogen de lo construido lo que ha quedado en el rastrojo del tiempo, presencia o espectro en el perfil urbano nuestro.