La diferencia clave entre Scott y Spivak es que, para Scott, los subalternos comprenden su condición y son plenamente capaces de articularla; es solo su temor a quienes detentan el poder lo que los hace guardar silencio. Para Spivak, sin embargo, su mutismo es mucho más radical. Los subalternos, especialmente las mujeres, no cuentan ni con las palabras ni con los conceptos necesarios para expresar su condición en un lenguaje que sus opresores puedan comprender.