El escribir, según los diálogos platónicos, no pasa de ser una diversión. La escritura, accidente del lenguaje, pudo o no haber sido: el lenguaje existe sin ella. Pero la escritura, al dar fijeza a la fluidez del lenguaje, funda una de las bases indispensables a la civilización. De estas ideas parte Alfonso Reyes para después ampliar, en un extenso arco de temas, el alcance del libro.
La experiencia literaria recoge en forma amena y precisa las inquietudes del gran autor mexicano en el terreno de las letras; sin embargo, no escapan a su atención motivos como el folklore, la crítica o la psicología. La erudición va de la mano del buen humor en esta obra, en la que Reyes forjó uno de sus mejores libros y algunas de sus concepciones más perfectas y acabadas.