Aceptar un trabajo como directora del rancho Triple Zeta era la locura más grande que Molly Broome había hecho nunca. Aquel sitio era un desastre, con gente rarísima y acontecimientos aún más extraños. Pero allí estaba Raleigh Tate, capataz del rancho y… el vaquero de sus sueños. Además, Molly formaba parte del Club de las Chicas Vaqueras y la presencia de Raleigh le daba sentido a toda aquella absurda aventura…