Amigo lector, este libro no habla de las singularidades, es las singularidades mismas. Como objeto propone un universo tan disímil, que el mejor elogio que del libro puede decirse es que pone en acto la singularidad del entramado político y social que la Ley del matrimonio igualitario (tanto en la Argentina como en Francia) y la Ley de Identidad de Género (solo en la Argentina) ponen sobre la mesa. Invitamos a participar a otras voces. Escuchar y dejar hablar al Otro social, que tiene variadas opiniones sobre este tema. No hemos hecho (y lo celebro) un libro más, de psicoanalistas para psicoanalistas. Pero nuestra pasión por lo nuevo, no nos aliviará del acto, que será juzgado por sus consecuencias. Tendremos que verificar con Miller que el padre freudiano y su función de prohibición no son más que una cobertura de la hiancia estructural que el goce conlleva. Las leyes portan su núcleo de goce escondido y, por eso, ley y goce se excluyen de algún modo. Se trata de la extimidad del goce. Estamos aún entre el instante de ver y el tiempo de comprender, solo sabremos en el momento de concluir que el tiempo de comprender ha terminado. Mónica Torres