“Hiere, negra espina.” Ésas fueron las palabras que el poeta Georg Trakl hizo pronunciar a su hermana Gretl en un famoso poema escrito poco antes de la batalla de Grodek, durante la Primera Guerra Mundial.
El eco de esa dramática belleza puebla este libro intenso y emocionante, que va mucho más allá de las relaciones incestuosas entre hermano y hermana: estas páginas son ante todo una apuesta por el lenguaje. Y por cómo éste se enfrenta a la vida, al amor y a la muerte. La primera imagen que cifra esta novela, a la vez delicada y terrible, poderosa, es la del hermano y la hermana que, de niños, tocan juntos el piano y comparten lecturas… El gran poeta alemán que la protagoniza, heredero de su admirado Hölderlin, fue calificado también de loco, como su maestro. En realidad, fue llamado bohemio, vicioso, sátiro, alcohólico y drogadicto, y se dijo que de él «sólo brotan la melancolía y el estertor que antecede a la muerte». Pero de Trakl brotó asimismo una de las grandes obras poéticas del siglo xx.