Bajo la excusa del terror nazi, los Estados Unidos internaron a más de cuatro mil alemanes, residentes en Latinoamérica, en campos de trabajo del desierto de Texas. Algunos de ellos eran miembros del partido nazi; otros, judíos que huían de Europa y fueron hechos prisioneros junto a sus enemigos y deportados de nuevo a Alemania; en su mayoría, alemanes sin una vinculación política directa. Este exhaustivo ensayo analiza los primitivos guantanamos y la llamada política de buena vecindad que los Estados Unidos llevaría a la práctica con una red de servicios de espionaje, como el FBI o la CIA, para hacerse con los mercados y sistemas políticos de gran parte de Latinoamérica.