esto dice Maquiavelo que el príncipe debe antes hacerse temer que amar de sus súbditos, porque los hombres todos son ingratos, inconstantes, etc.: este es uno de sus argumentos más capciosos. Yo no niego que haya ingratos en el mundo ni que el temor sea, en ocasiones, un agente poderoso, pero sí digo que el rey cuya política se apoya en este solo móvil, reina en un pueblo de esclavos y no debe esperar acciones grandes y generosas de sus súbditos, porque todo lo que se hace por temor lleva impreso un carácter de timidez y de bajeza. Por el contrario, el príncipe que sabe hacerse amar de su pueblo, reina verdaderamente en los corazones y ejemplos hay en la historia de grandes y heroicos hechos, nacidos del amor y la felicidad
Federico II de Prusia, Antimaquiavelo, 1740.