¡En cualquier caso serás un prisionero, Andreas Pum! Como cepos de hierro, las leyes acechan en los caminos que recorremos los pobres. Y aunque tengamos una licencia, acechan los policías en las esquinas. Siempre estamos presos y sometidos a la violencia del Estado, de los que tienen las dos piernas, de la policía, de los caballeros de las plataformas, de las mujeres y de los compradores de asnos.