Nada de nada

Morirse no está tan mal. Deberíais intentarlo alguna vez.

eran unos ignorantes como solo pueden serlo los tories ingleses de clase media alta. Una combinación de estupidez, narcisismo y hedonismo.

El mundo que yo le ofrezco es demasiado pequeño. Y ella tiene ganas de empezar algo nuevo. ¿No conozco yo ese estado de ánimo? ¿Qué puedo yo, un anciano, ofrecerle en estos momentos a una mujer?

No estamos redactando un artículo para la Enciclopedia Británica. Estamos chismorreando. Cuando follábamos y nos corríamos, nos gustaba hablar así. ¿Por qué de pronto te muestras tan remilgada?

El sexo es como el arte: si sabes lo que te traes entre manos, no sabes lo que estás haciendo. Nos llevó un año construir entre los dos el tipo de sexo que nos satisfacía. Al final encontramos el amor y la pasión en el mismo sitio: en el Santo Grial del amor, el uno en el otro.

No siempre ha sido así. He perdido el norte: falsos ideales de masculinidad —¿de dónde los he sacado, de ver demasiados westerns?— que me hicieron creer que tenía que cepillarme a todas las mujeres, incluso a las que no deseaba, y reprochármelo cuando no lo conseguía. El desprecio hacia las mujeres que no me deseaban. Y la idea de que todas las mujeres eran reemplazables, que era muy fácil elegir otra. Y cuando me sentía infeliz, la idea de que el sexo me salvaría.

Si anoche se lo pasaron bien, hay muchas posibilidades de que la próxima vez se lo pasen el doble de bien. ¿Acaso el deseo erótico no es un ansia siempre en aumento que se retroalimenta?

Puede que me esté muriendo, pero hasta la noche pasada me sentía razonablemente feliz y había dejado de lado cualquier necesidad de convertir el mundo en mi espejo. Es un alivio renunciar a toda aspiración.

Alaba a alguien una vez y será tuyo para siempre.

yo adoro las historias libidinosas con pollas, coños y culos. Cualquier cosa que implique secretos y debilidades.