“A veces, durante las duermevelas y los momentos de reposo entregados al ensueño, me entretengo recreando esas secuencias de viejas películas americanas en las que sus protagonistas aparecen dando un paseo en coche”.
Así comienza una historia de amor inusual, una narración redonda que busca la complicidad del lector y sus conocimientos de cine clásico, porque ¿quién no ha querido alguna vez ser la protagonista de Casablanca o de El sueño eterno?
Álvaro es dueño de una tienda-estudio de fotografía en busca siempre de un apasionado amor de película, lo que significa que vive saltando de aventura en aventura. La aparición de Jandra, con la que traba una gran amistad, hace que sus amigos se pregunten si por fin habrá encontrado a la mujer perfecta con la que sentar la cabeza. Pero el peliculero de Álvaro no puede superar su devoción por los grandiosos desenlaces, como el olvido o el abandono, en los que el protagonista debe afrontar el desgarro doloroso que conlleva siempre la pasión. ¿Conseguirá Jandra arrancarlo de esa realidad paralela de celuloide en blanco y negro? Todo empieza con un paseo en coche…