Eso es un don, no me lo pueden negar. Con una sola pregunta, no solo te enredó, sino que también te declaró culpable en menos de tres preguntas. No entiendo cómo no llevan a las mujeres para que sean las fiscales de los grandes criminales. Jack el destripador o Al Capone no hubieran resistido ni siquiera el primer interrogatorio de cualquier esposa, habrían confesado a los gritos a la tercera pregunta.