A partir de las indicaciones de Freud, elabora un concepto más amplio que le permite ordenar una serie de fenómenos psicológicos duales que adscribe a la capacidad creadora. El proceso de creación comporta todas las manifestaciones de una “enfermedad”; “las desdibujadas líneas entre lo creativo y lo neurótico” que revelan una tensa lucha entre lo espiritual y lo corporal, en la que lo espiritual crece vampirísticamente a costa de lo corporal, de lo sensible y material procedente del mundo exterior, describiendo un giro que conduce a las