Las pugnas entre Estados, los cambios económicos, la mayor movilidad social, el surgimiento de nuevas clases sociales fomentaron discusiones y teorías sobre cómo sobreviven los Estados, cómo debe ser un buen gobierno, cuál ha de ser el comportamiento de los individuos, cuál es el lugar del ser humano en el mundo; paralelamente se desarrollaron teorías de lógica abstracta y estrategias de prácticas de guerra. Aparecieron así varias escuelas de pensamiento conocidas en la tradición china como las “Cien Escuelas”, que florecieron durante el período de los Estados Combatientes. Entre ellas, las más importantes por su influencia posterior fueron el confucianismo, el daoísmo y el legalismo, que desapareció como escuela de pensamiento pero dejó secuelas en la práctica de gobierno en China.