«Un equipo de científicos vinculados a la NASA —no católicos— ha demostrado, después de tres años de investigación, que el “individuo” enterrado hace dos mil años en una cueva próxima a Jerusalén y que fue conocido con el nombre de Jesús de Nazaret emitió —treinta y seis horas después de muerto— una misteriosa y desconocida radiación que chamuscó la sábana que le cubría…» Esta noticia, difundida en su día por los medios de comunicación, llevó a J.J. Benítez a escribir esta impresionante obra. El enviado es un libro respetuoso en lo relativo a la fe, pero que sorprende y cautiva por sus valientes hipótesis y por los datos científicos e históricos en que se sustentan. «Este libro supuso un “ensayo” de lo que más tarde sería Caballo de Troya, la saga de mayor impacto entre la obra de J.J. Benítez»