Será que lloro por todo, o que vivo con adolescentes, o que me las he visto duras con la depresión o porque hay una Cami en la familia y también varias Laus… realmente hay que reconocer que las letras sencillas llevan grandes cosas (todas predecibles y bien sabidas) y con todo eso siempre olvidadas.
Un libro hermoso que trata sobre una realidad que enfrentan los adolescentes, como la perdida de un ser querido, el desmoronamiento de la familia y las adicciones. El autor ha representado a un personaje muy realista, con sus luces y sombras, que te hace sentir como si estuvieras en su propia piel. Una obra muy humana.