hecho, lo que en mis libritos haya que tenga éxito me lo dictaron mis oyentes: esa finura de razonamientos, esa ocurrencia de asuntos a tratar, las bibliotecas, los teatros, las reuniones, en donde los buenos ratos no se aperciben de que están trabajando; en definitiva, todo lo que abandoné hastiado lo añoro como si me lo hubiesen quitado. A esto se añade la caústica maledicencia de mis paisanos, y la envidia en vez del razonamiento