«Y así comienza el drama o, si se quiere, la terrible comedia de la muerte de un solterón, entregado por la fuerza de las circunstancias a la rapacidad de unos seres codiciosos que se arraciman al pie de su lecho, y que en este caso tuvieron por auxiliares la pasión más intensa, la de un insaciable coleccionista de cuadros; la avidez de Fraisier, que, visto en su cubil, hará estremecerse al lector; y la codicia de un auvernés capaz de todo, incluso de un crimen, para hacerse un capital. Esta comedia, a la que esta parte del relato sirve en cierto modo de prólogo, tiene por actores a todos los personajes que hasta este momento han ocupado la escena».
En esta novela concebida como parte de un díptico llamado “Los parientes pobre”, junto con “La prima Bette”, y formando parte del gigante proyecto narrativo “La Comedia humana”, Honoré de Balzac presenta una crítica a la burguesía enpoderada a raíz de la Revolución de 1830.
En “El Primo Pons”, Balzac nos presenta a Sylvain Pons, un músico pobre y de avanzada edad que vive con su estimado amigo y pianista alemán Vilhelm Schmucke en casa de Madame Cibot.
A parte de su trabajo en la orquesta de un teatro de París junto a Schmucke, Pons encuentra sentido a su vida a través de sus dos grandes pasiones: el coleccionismo de arte y la buena comida, la cual suele recibir a través de sus parientes, los Camusot de Marville. Desafortunadamente, la relación entre nuestro protagonista y los Camusots se tuerce cuando Pons no puede encontrar un pretendiente para la hija de los Camusot, Cécilie, después de comprometerse a ello.
A raíz de esta desgracia, Sylviain Pons cae en una larga enfermedad que le obliga a quedarse en casa. Gracias a ello, la relación entre Pons i Madame Cibot se estrecha, pero no con verdaderos problemas: Cibot empieza a darse cuenta del valor de las obras de arte que Pons tiene en casa, y tanto ella como otras personas cercanas a Pons, empiezan a planear su ataque para hacerse con todas las obras propiedades de Pons.
Esta novela llena de personajes codiciosos y mezquinos es una verdadera crítica a la burguesía de la época y el peligroso papel de las herencias en las familias.
Honoré de Balzac (1799–1850) fue un escritor y dramaturgo francés. Escribió sobre el panorama francés post-napoleónico y sobre la vida francesa.