El término visión de profundidad sitúa al lector en un contexto que hace referencia a la percepción de diferentes representaciones visuales, denominadas inuigcnee, dentro de un campo espacial (campo visual), lo que da origen a lo que se denomina el mundo visual. Para que se pueda hablar de profundidad, el sistema visual debe considerar que existen diferencias espaciales, de ubicación o de posición entre el observador y el objeto observado, o entre los elementos del entorno. Esta percepción se puede dar en ausencia de movimiento (estática) y cuando el observador o un objeto cambian de posición en el espacio. La visión de profundidad tiene un momento de aparición y un proceso de desarrollo mediado por la fisiología del sistema visual, el cual varía con el paso de los años y en presencia de alteraciones visuales y oculares que pueden llevar a trastornos de la profundidad. Clínicamente puede ser evaluada (cualitativa o cuantitativamente) mediante pruebas que varían según la edad del paciente o el objetivo de la valoración; por tanto, es importante saber seleccionar dentro del gran número de test disponibles el adecuado, lo cual se logra con base en revisiones temáticas o bibliográficas, o reportes de investigaciones clínicas. Para ello, al finalizar el libro, se describen algunos indicadores estadísticos a tener en cuenta en las lecturas para identificar elementos relevantes en la selección y aplicación de pruebas clínicas.