En Política cultural y desacuerdo, Alexandre Barbalho propone salir del terreno conocido, e incluso autocomplaciente, para experimentar la cultura como desacuerdo. La incomodidad que genera la propuesta es acorde al tamaño del desafío que debemos enfrentar en la actualidad: construir nuevas maneras de vincularnos y estar juntos/as pospandemia Covid-19. Es cierto que la cuestión relativa a la necesidad de “sacudir” el campo cultural es anterior a la situación de crisis que transitamos. Sin embargo, la coyuntura crítica actual no hace más que reforzar el mensaje: no es tiempo para una cultura “conveniente”, ni práctica ni cómoda. La pregunta gira entonces –y así lo entiende el autor de esta obra— en torno al futuro y a la potencia de la cultura y las políticas culturales en la construcción de ese futuro. Porque se trata de un tiempo que aún está en disputa.