Y está bien así. Y le dejo que venga a verme. Porque me gusta que venga a verme. Y yo nunca voy a verlo a él, para que las cosas que piense su madre de mí, sean buenas o malas, no las piense delante de mí. Y porque sabe dónde estoy y puede venir cuando quiera, y no tengo que adivinar si está de un humor tranquilo y es buena compañía o si está de un humor de cerrarse como una nuez.