En resumen, si alguien piensa que Kazilah era inocente, que examine los hechos y los niegue por completo; decir que los Radiantes perdieron su integridad al ejecutar a uno de los suyos, alguien que había confraternizado de manera tan obvia con los elementos insanos, indica el más indolente de los razonamientos; pues la siniestra influencia del enemigo exigía vigilancia en todas las ocasiones, en la paz y en la guerra.