Había levantado una ceja discretamente cuando Louise lanzó un paquete de cigarrillos sobre la mesa y le aseguró que no fumaría en el despacho que compartían. Él se había limitado a asentir con la cabeza y se había abstenido de preguntar nada, esperando seguramente que en algún momento ella le daría una explicación. Se la había dado después del almuerzo, cuando Louise renunció a fingir que era capaz de hacer su trabajo sin que le afectara lo más mínimo lo ocurrido.