La política del lenguaje en Iberoamérica en los últimos 500 años ha sido caracterizada —con pocas excepciones— por la voluntad de extinguir las lenguas amerindias y de imponer la lengua castellana (y portuguesa) como medio de comunicación único. Sin evitarlo por completo, una resistencia continua por parte de los pueblos indígenas ha contribuido a restringir o a frenar este proceso en una medida considerable. Al mismo tiempo que parece acelerarse el proceso de extinción en los últimos decenios, se están perfilando posibilidades de una nueva política lingüística que podría contribuir al mantenimiento de estas lenguas. En este libro se analizan cuestiones éticas de la política y planificación lingüística y se presentan los argumentos que justifican la necesidad de una política de ecología lingüística, se hacen proposiciones de planificación lingüística concreta y de medidas a tomar en los ámbitos de la educación intercultural bilingüe, la modernización de las lenguas indígenas, la identidad étnica-cultural, y otros, aptos para garantizar el mantenimiento y la defensa de las lenguas amerindias y su coexistencia con el español. La discusión tiene como trasfondo la situación en los países hispanoamericanos, pero el enfoque es más general y los argumentos y propuestas pueden en cierta medida transferirse a situaciones similares.