Como una hada buena, hice lo que pude; le di
cien años de sueño, un seto de zarzas, un hechizo
que clasificaría a sus pretendientes, pondría a prueba su gracia,
su paciencia, ingenio e inteligencia y buen gusto,
su amabilidad y una voz agradable.
Un hombre que sería su compañero
y no su amo.