La cognición social se define como la habilidad para representarse el estado mental, los pensamientos y sentimientos de otros (Teoría de la mente), la capacidad para atribuir motivaciones, emociones o pensamientos a otros, la habilidad para representarse la adecuación de la conducta en diferentes contextos sociales y la sensibilidad hacia las reglas morales y convencionales. En general, la cognición social se refiere al conjunto de procesos usados para codificar y decodificar el mundo social. Se refiere a la percepción de otros, de uno mismo y del conocimiento interpersonal. Beer & Ochsner (2006) proponen tres componentes de la cognición social: percepción de los otros, percepción del yo y el conocimiento social. El primer componente involucra el uso de claves verbales y no verbales, extraídas del contexto y del conocimiento previo para entender a los otros; este proceso puede ser influido por sesgos motivacionales. La percepción del yo se puede llevar a cabo usando procesos similares a los empleados en la percepción de los otros, a la vez que sirve como filtro cognitivo para percibir a los demás a partir de experiencias propias. El conocimiento social se refiere a conocimientos declarativos (hechos o conceptos abstractos sobre guiones sociales, relaciones y fenómenos) y no declarativos (reglas, habilidades y estrategias usadas en las interacciones sociales), que permiten a las personas llevar a cabo tareas en el mundo social. Varios estudios enfatizan en los factores motivacionales y emocionales de la cognición: la habilidad para entender y responder al contenido emocional y las claves presentes en el ambiente y la habilidad de recordar información emocional (Adolphs, 2003; Grady & Keightley, 2002).