«Persigo un afán, que la conciencia se expanda y nos conceda más humanidad, que nos oriente hacia el repudio de todas las formas de violencia: las más evidentes y las maquilladas, como son los 'hurtos legales' en nombre del negocio perfecto, el abuso de poder, el reino de la impunidad, la crucifixión de la verdad.»
En una época de vínculos complejos entre sujeto y prójimo, en una sociedad que anestesia su empatía a fuerza de un narcisismo patológico, las reflexiones de este libro suenan a amparo en medio de la intemperie. Carlos Abad nos propone recuperar el sentido sagrado de la convivencia, de la equidad y de la esperanza.
Una lectura que invita a cambiar indignación por amor, el mejor remedio para el alma.