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Margo Rejmer

Bucarest

  • Javier Robleshas quoted4 months ago
    Bucarest es una ciudad maravillosamente depravada», escribió C. L. Sulzberger, corresponsal extranjero del New York Times. «El enorme número de prostitutas profesionales cuenta con pocas ocasiones para ganarse la vida, y eso es debido a la competencia espontánea de las aficionadas de todos los estratos sociales, empezando por las duquesas»
  • Javier Robleshas quoted4 months ago
    diario, mientras me dirijo a la tienda o a la parada, paso al lado de una cruz que emerge de la tierra. Parece centenaria, y eso que la plantaron hace veinticuatro años, justo después de la revolución. Mataron a alguien aquí, en mitad de la calle. Tal vez le disparó un soldado. O tal vez un rumano común y corriente. A lo mejor fue víctima de una bala perdida, o quizá alguien apuntó con sumo cuidado a su corazón y solo después apretó el gatillo
  • Javier Robleshas quoted4 months ago
    Al parecer, en el siglo xv, residió aquí Vlad el Empalador, el famoso príncipe de Valaquia a quien todo el mundo acusa de vampirismo, pero que simplemente gustaba de mirar cómo ardía el mundo. Cómo morían centenares de personas al mismo tiempo, muy lentamente. Bastaba con empalarlas. Y con formar luego un bosque con todos aquellos palos. Es posible convertirse en demonio y construirse un infierno propio.
  • Javier Robleshas quoted4 months ago
    Es bella esa Bucarest, un poco exquisita, un poco divertida, llena de abscesos en la periferia, pero ricamente maquillada en el centro. Por la noche centellea con diamantes de luz y guiña el ojo con parpadeantes neones cuyas chispas se reflejan en el húmedo empedrado
  • Javier Robleshas quoted7 months ago
    Bucarest es imprevisible y bella. Que todavía se podía rastrear en ella el espíritu turco. Que en tiempos se la llamaba la Ciudad Blanca, porque las casas resplandecían con el blanco de sus revoques. Que los bulevares Bălcescu y Magheru eran obra de los arquitectos judíos que después de la guerra construyeron Tel Aviv
  • Javier Robleshas quoted7 months ago
    Montañas de hortalizas en los puestos de Piaţa Obor y los quesos dulces que las abuelitas venden directamente desde sus bolsas
  • Javier Robleshas quoted7 months ago
    esta ciudad es como el gatito del cuento de Mrożek, un gatito con piel roñosa que refleja todos los pecados de su dueño. Bucarest asume los pecados de toda Rumanía para que el resto del país siga siendo hermoso
  • Javier Robleshas quoted7 months ago
    Los gritos de los gitanos recogiendo chatarra de los patios, que suenan como salmos a primera hora de la mañana
  • Javier Robleshas quoted7 months ago
    Bucarest es como los pasteles que compraba todos los domingos para mi familia cuando vivíamos allí. Aparentemente de chocolate y dulces, pero con una capa amarga por encima. Bucarest es agridulce. Cuesta encontrar en ella una belleza fácil.
  • Javier Robleshas quoted7 months ago
    Stefan vive en el lugar donde la espigada calle Stefan cel Mare se convierte en la enana Lizeanu, la primera es a la segunda como una persona erguida a otra estirada en el suelo que ya no volverá a levantarse. Puedo elegir entre ir entre los bloques a lo largo del cementerio o por la callejuela llena de pompas fúnebres, prostitutas y perros sin amo, también a lo largo del cementerio. Pregunto por teléfono a Stefan qué me recomienda y me dice que elija la segunda opción y que nos encontramos al final de Lizeanu
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