A lo largo de la historia todas las culturas, sin excepción alguna, han sacado provecho de sus alimentos, no solo a modo de nutrientes, sino también para prevenir y aliviar enfermedades.
Los antiguos chinos curaban (y, de hecho, siguen haciéndolo) con salvia, jengibre, menta, pimienta negra, hinojo y canela, entre muchos otros vegetales. En el otro extremo del mundo, la chía era utilizada por los pueblos originarios de Mesoamérica a modo de alimento curativo.
Y la zona mediterránea, junto con el Cercano Oriente y Asia Central, se caracterizó por descubrir y aprovechar las múltiples y variadas propiedades curativas de dos hortalizas y una fruta: el ajo, la cebolla y el limón.
Conforme fueron pasando los años y avanzando la medicina tradicional occidental, los “primitivos” remedios basados en esos tres vegetales fueron dejados de lado para ingerir medicamentos cada vez más elaborados, envasados, onerosos, no exentos de contraindicaciones y con su correspondiente marca comercial.
Sin embargo, hoy en da, en los albores del siglo XXI no son pocos los individuos que, un tanto agotados con tanta modernidad, tecnología y consumo, vuelven su mirada hacia opciones más tradicionales y naturales. Y allí encuentran, entonces, fieles y ciento por ciento naturales, como siempre, al ajo, la cebolla y el limón.
El presente volumen recoge y compila las tradiciones curativas vinculadas a esos tres maravillosos vegetales, al tiempo que ofrece recetas de belleza y de cocina, basadas en estos regalos de la naturaleza.