Había una vez una cabrita blanca muy tozuda que un día regresando del colegio con su bicicleta se encontró a una cabrita negra al otro lado de un puente muy estrecho, hecho con el tronco de un árbol. La cabrita blanca quiso atravesar el barranco, y decidida se fue hacia el puente. La cabrita negra, que estaba del otro lado, quiso también atravesar el barranco en aquel preciso momento y se fue muy decidida hacia el puente.