Un niño de siete años comienza a llorar sin parar. Ni sus hermanos, ni sus padres, ni los médicos tienen explicación alguna, hasta que su papá descubre el secreto: el niño tiene miedo a la muerte. También es su papá quien tiene el remedio: unos dulces mágicos que salvan vidas. ¿A quién salvará si solamente tiene catorce pastillas y muchos seres queridos?
A veces los temores tienen una razón que solo el amor y la comprensión pueden aliviar.