Esta novela corta de Esteban Mayorga podría considerarse una road novel, eso si consideramos la irreverencia y la imaginación desbocada como medios de transporte. Fruno, un joven que acaba de sufrir la siniestra pérdida de su madre, emprende un viaje por un país muy parecido a Estados Unidos en busca de su hermana, evitando por todos los medios el encuentro con su padre, con quien mantiene una relación algo complicada. En el camino, se irá encontrando con personajes de todo tipo, entre los cuales se encuentra la RRM, una rubia que le sigue en sus desquiciadas aventuras. Con una prosa original y una serie de extrañas presencias en el texto, Vita Frunis se convierte en el primer paso literario del autor más prometedor de la narrativa actual ecuatoriana. Si se buscan comparaciones, podríamos decir que estamos en presencia de un cóctel elaborado con el desapego de Salinger, la vitalidad de Kerouac y la imaginación de Aira. El mismo autor ha explicado su extravagante estilo en una conversación con el periódico El Telégrafo: “Estoy fascinado con un lenguaje, con una especie de estética que se burla del lector y que al mismo tiempo no lo hace”.