En sus relatos, María Rosa Iglesias cuestiona la creencia popular de que todos los inmigrantes europeos en la Argentina del siglo XX progresaron sin contrariedades. Como en su novela Aurelia quiere oír, ficcionaliza personajes verídicos: el exiliado doctor Sánchez Guisande, los rebeldes de la Patagonia trágica, el fundador de la aldea Beleiro, el maestro pizzero Andrés Iglesias. Los hace interactuar con personajes ficcionales absolutamente verosímiles, que se desangran en el desgarro interior, la actividad de las mafias prostibularias, la explotación laboral, la precariedad, la vida mezquina, los conflictos familiares, la soledad y el desprecio y el temor hacia el pobre. Sincera pasiones y conmueve. Todo con una precisa y deslumbrante prosa.