cartas de Escrutopo aparecieron durante la segunda Guerra Alemana, en el desaparecido Manchester Guardian. Espero que no precipitasen su defunción, pero lo cierto es que le hicieron perder un lector: un clérigo rural escribió al director, dándose de baja como suscritor, con el pretexto de que «muchos de los consejos que se daban en estas cartas le parecían no solo erróneos, sino decididamente diabólicos».