El naturalista Charles Darwin señaló que los insectos solían sacrificarse en beneficio de la colonia. Esto era cierto porque los insectos no vivían compitiendo entre sí, como hacían y hacen los humanos, sino que viven cooperando entre ellos, eso por necesidad natural. Su tamaño requiere números para que la especie sobreviva. Sostenía que la cooperación y la benevolencia eran naturales, arraigadas en la biología humana