Este libro es producto de un conjunto de clases dictadas en la Escuela Freudiana de la Argentina. Fue pensado con el propósito de ampliar nuestras herramientas para enriquecer nuestra práctica clínica: nos centramos en transmitir los desarrollos de Lacan a la altura del Seminario IX: La identificación, ya que consideramos que se trata de una de las operaciones constitutivas del ser hablante. Descubierta por Freud como operación formadora del yo y deudora del proceso del duelo es reformulada por Lacan en términos necesarios de aprehender para la conducción de los análisis. Muchas veces es confundida — en su versión más imaginaria— con una similitud o un parecido. Otras, es tomada como copia o imitación.
A lo largo de estas clases podrán encontrar, una y otra vez, la diferencia entre la identificación de sujeto y las identificaciones, entre ellas, las formadoras del yo. La primera, es difícil de comprobar en la clínica, pero se la extraña cuando ha fallado, ya que nada del hablante puede formarse si no está esta primera identificación que nos marca con un rasgo que nos sostendrá a lo largo de nuestra vida. Este rasgo es el soporte de las futuras identificaciones especulares formadoras de ese yo a veces denostado pero indispensable para el lazo social y sostenedoras también del –en términos de Lacan— “buen narcisismo”, el que necesitamos para desembarazarnos de nuestros “embrollos”. Es el soporte de las identificaciones en el fantasma que guían al deseo y constituyen el síntoma. Sin la identificación de sujeto la “tos de Dora” podría considerarse a esta altura del desarrollo del pensamiento solo como una curiosidad y las identificaciones histéricas como caprichos o “falta de personalidad”.
La identificación, sea cual sea, no es identidad sino que es necesario la ruptura de una identidad para que la identificación sea posible. Cuando decimos que es una operación, queremos decir que es compleja y que son necesarios algunos pasos para que una identificación sea posible.
Por ejemplo: ¿cómo o porqué respondemos a nuestro nombre, quiero decir, cómo y porqué nos identificamos con nuestro nombre? ¿Es que nuestro nombre puede ser considerado nuestro o siempre es deudor del Nombre del Padre? ¿Qué quiere decir hablar en nombre propio?
En estas clases se tomará también la función de la letra en la identificación, cuestión fundamental para rescatar los análisis de los callejones simbólicos del significante, que resulta insuficiente para dar cuenta de lo real en juego en todo análisis que conducimos. Esperamos que encuentren una vía que les permita abrir los interrogantes de esta práctica, a la vez que les permita orientar la dirección de la cura.
Marta Nardi, Buenos Aires, Abril de 2020.