El libro se propone esencialmente despertar la capacidad de captar lo espiritual en las cosas materiales y abstractas, capacidad que Kandinsky intuia basica para la pintura del futuro y con posibilidades de hacer realidad innumerables experiencias. Pero no se trata, como podria pensarse, de un libro programatico, pues no pretende en absoluto apelar a la razon y al cerebro.