Ciudad Dormitorio es una novela territorial. En un barrio del sur del conurbano bonaerense –donde la comunicación analógica todavía no fue reemplazada por la digital, donde los eventos culturales se anuncian en fotocopias pegadas en los postes de luz y los logros familiares se lucen con orgullo en pasacalles– una plaza y un almacén son los testigos principales de los cruces de sus protagonistas: jóvenes conscientes de habitar un lugar repleto de seres anónimos, donde nunca sucede ni sucederá nada “importante”, que transitan su día a día compuesto de pequeñas y vitales ceremonias: asados espontáneos; conversaciones sobre cosas de la vida y de la muerte; un programa de radio que no necesita ser escuchado para existir; salidas a boliches de cumbia, a festipunks en sociedades de fomento semivacías y a bares de viejos que intentan combatir su perpetua soledad. En ese universo también conviven, en presencia y en relatos, leyendas del punk y de la música popular cada vez más alejadas de sus épocas de gloria. En Ciudad Dormitorio, con una prosa fluida y potente al mismo tiempo, Damián Snitifker le da vida a una serie de personajes que no necesitarían estar en una novela para existir y que justamente por eso resultan tan entrañables, interesantes y profundos en su aparente sencillez.
